Te Recuerdo
Duramos en la carretera toda la noche, cuando amaneció ya estábamos en Greengids un pequeño pueblo por el cual estábamos pasando, el amanecer hacia hermoso ese pueblo, se veía el pasto verde y las aves volar, también se veía el lago…era hermoso estar ahí, era como volver a nacer y además escuchaba el sonido del viento entre las hojas susurrando mi nombre, era completamente un sueño.
En eso vi que mi madre parecía estar cansada pero, el silencio que había era, de soledad. De seguro si papa hubiera estado vivo, rompería el silencio con uno de sus chistes malos, pero en eso mi madre hablo.
--¿Faithe, cariño?, te sientes bien…¿a que la vista es hermosa verdad? –Decía mientras me agarraba la mano--
--Si mama, muy hermosa aquí todo es verde, de seguro esto es más tranquilo que en California--
--Sera un nuevo comienzo para las dos cariño, será súper… ¿verdad?--
En ese momento gire para ver los ojos de mi madre, se veían completamente tristes, se le notaba que le había sido rebatado algo hace mucho tiempo, además se veía un poco cansada por el viaje.
--¿mama? Cuando llegamos... –dije como si se me fuera la voz--
--Llegaremos dentro de unas horas...cariño, así veras tu nueva casa, te encantara...estoy segura, además tiene camino a un bosque y una vista preciosa.--
En ese momento le contestaba a mi madre como si fuera otra persona la que le contestara, estaba sumida completamente en mis pensamientos, recordando aquel sueño y a aquel chico el cual me había nombrado algo de un pacto de volver a nacer me quede con la duda de quién era ese chico, y porque nombraba ese Pacto. Sin más ni menos dejamos atrás ese hermoso pueblo en el cual todo era un ensueño. Más adelante había puras montañas y valles hasta que llegamos a un sito en el cual había un castillo.
Era como esos castillos medievales, se veía que era antiguo que había estado muchos años allí.
En ese momento me quede admirando ese castillo, algo en el me parecía familiar, pero no podía ser ya que nunca había estado en un castillo antes, solamente en películas o juegos de video pero sentía que algo me recordaba, luego mi madre hablo.
--Fathe, creo que nuestro auto se ah descompuesto -decía girando la llave del auto--
--¿Como que se ah apagado el carro, ¡pero si íbamos bien!--
--No lo sé, alomejor se me olvido algo…faithe –me pregunto mi madre- ¿allí hay gente?--
Mire por la ventana…y si, había gente allí en ese castillo
--Si madre, hay gente ahí--
--Bien, pues tendremos que preguntar a donde hay alguien que nos pueda ayudar--
Mi madre y yo nos bajamos del auto y mi madre se dispuso a caminar hacia donde había un señor el cual parecía de una época antigua.
--Disculpe, soy Jacqueline Wheaton y esta es mi hija Faithe, al parecer nuestro auto se ah descompuesto, nos puede decir donde hay alguien que sepa de autos?--
--Vaya, pero si hay turistas, hace tiempo que no vemos personas por aquí, excepto en el pueblo que hay más adelante. Pero que cortesía la mía soy…Leocadio Bernabez y esta es mi esposa Meredith -decía con una voz gruesa de esos cuidadores de castillos--
Mientras mi madre hablaba con el señor Leocadio me dispuse a mirar el paisaje y el jardín del castillo. En eso llego un muchacho con unas bolsas de tierra tendría al menos unos 16 años, era alto decidió acercarse a mí.
--Disculpa, ¿donde está el señor Bernabez? –decía entrecortado y con una voz suave--
--No sabía que contestar, al verlo era exactamente igual al chico de ese sueño.--
--Em...esta por allá, junto a la puerta –dije nerviosa señalando a mi madre y al señor--
--Nos conocemos?...es que siento que, te eh visto en algún lado-dijo el chico mostrando su sonrisa encantadora--
--Pues, no, no nos hemos visto...hasta ahora. –No lo había dicho en forma de chiste, pero él lo encontró gracioso--
--Soy Sebastián mucho gusto…tu eres?-decía acercando su mano hacia mi—
--Faithe, me llamo faithe...mucho gusto igual-mi mano temblaba cuando agarre la suya, era cálida--
--Que lindo nombre, faithe si mal no equivoco creo que es esperanza ¿no?--
--Eso creo…-decía mirando esos ojos color miel--
--no quiero sonar descortés, pero que haces aquí? –Me preguntaba sin soltar mi mano--
--Ah, eh venido a vivir en Derritgrinds pero nuestro auto se ah descompuesto y al parecer tardaremos en llegar más de lo esperado.--
No podía soltar su mano, era como si algo me mantuviera agarrando la suya, sentía una conexión como si nos conociéramos desde hace mucho, o en otra vida. Era algo mágico… hubiera querido que ese momento durara por siempre.
Faithe –llamo mi madre—querida, creo que tendremos que quedarnos aquí, hasta que el Sr. Bernabez encuentre a alguien para arreglar nuestro auto. —
--Claro, má…con calma, lo mejor tarda en llegar ¿no?—
--Faithe, Hija esa frase la dijo tu padre cuando… olvídalo, ¿quien es este chico?—decía mi madre tratando de cambiar el tema—
--emh… es Sebastián…vive aquí—Sebastián interrumpió--
--Bienvenida Señora…al castillo Bernabez—decia Sebastián.
--Gracias Sebastián…encantada de conocerte, por lo que veo has conocido ya a mi hija Faith—
A partir de ese momento, me sentía nerviosa…las horas transcurrieron y Sebastián me veía como si fuera algo comible, era algo totalmente aterrador, en eso mi mente comenzó a trabajar y a sacar conclusiones que no tenían absolutamente nada que ver con la realidad.
--Por dios faithe, deja de pensar en cosas de ficción—me decía a mi misma en mi mente para no pensar lo peor de las personas—
En eso sentí que Sebastián estaba detrás de mí, vigilándome mientras yo admiraba los cuadros que había en el castillo.
--Sabias que uno de esos, ¿es mi abuelo?—dijo colocando una de sus manos en mi hombro—
--Ah, enserio? Eso es algo, genial de saber…--mientras me giraba a mirarlo y evitando que me tocara—
--la gente que pasa por aquí, cree que somos vampiros o algo así, o que somos de otra época, no es que lo somos, sino que solamente nos gusta vestir así.— decía mientras en su expresión hallaba una cara de enojado—
--claro, te entiendo…no ah mucha gente le gusta lo antiguo...—
En eso vino un señor mayor, vestía de un traje negro, parecía un mayordomo…era algo extraño un mayordomo en este castillo...—
--Jóvenes, la cena está servida…--lo dijo con un tono algo gracioso, no pude evitar sacar una sonrisa, me sentía como esas princesas de castillo—
Fuimos a el comedor (Sebastián me mostro el camino) y era impresionante, era algo que jamás pensé que existiría, habían candelabros en la mesa y uno enorme en el techo, estaba iluminado por velas…era algo mágico de verdad, sospeche algo cuando me dijeron que la regla de sentarse a comer en un castillo era que los adolescentes o niños iban de un lado y los adultos y mayores del otro, para mí eso fue algo completamente absurdo. Pero de todas formas hice caso salude a mi madre en el comedor y me senté al frente de Sebastián.
--Te encanta ¿verdad Faith?—me dijo Sebastián mientras me arrimaba la silla para sentarme—
--Si, es algo completamente hermoso…yo nunca había estado en un castillo.Gracias
--De nada faith, disfruta de la cena…-me dijo en un tono aterciopelado, cualquier chica se hubiera dado cuenta en ese momento, de que intentaba conquistarme… pero creo que hasta mi madre lo noto—
Nos sentamos a comer, y disfrutamos de la cena hablamos de todo un poco, aunque al parecer es un poco reservado ya que no le gusta hablar de él…nos divertimos mucho ya que contamos chistes y contamos lo que pasamos cuando pequeños y eso.
--Disculpen…--interrumpió el mayordomo—pero me parece que no hay disponible un mecánico el cual les pueda arreglar el auto, de todas formas…arregle sus habitaciones. La joven faith dormirá en el cuarto del joven Sebastián y la señora Wheaton en el cuarto en cama aparte donde dormía el príncipe anteriormente. —
En ese momento mi madre irrumpió
--Ah, no lo siento mi hija no puede dormir con un joven y menos en la misma—
En ese momento el mayordomo se dio cuenta que lo había dicho mal y decidió rectificar antes de que se armara un lio.
--Disculpe señora, quise decir que la joven faithe dormirá en el cuarto de el joven Sebastián en cama aparte, como usted desea señora—
--no se preocupe, así está bien—mi madre esbozo una sonrisa de alivio—no puede darme ese susto a mí.
Dieron las 9 de la noche cuando comencé a sentirme cansada, decidí despedirme de todos e irme a la cama.
--Vaya, que sueño me ah dado tan de repente—susurraba mientras iba subiendo las escaleras del castillo—
Entro a la habitación como si nada y me acuesto en la cama que me corresponde, siento que hay una presencia en la habitación, decidí abrir los ojos y vi a Sebastián entrando con el torso desnudo a la habitación.
--Se-Sebastián, por favor que-e haces-es sin camisa…--me tape los ojos con mis manos (cuando en realidad quería verlo)
--Oh disculpa Faith no sabía que estabas aquí, ya puedes abrir los ojos ya estoy de espaldas. —
Cuando quite las manos de mis ojos, vi aquella espalda mojada, que no pude evitar ver… puede que se haya acabado de bañar, era totalmente perfecta…como si hiciera ejercicio, el agua de su cabello bajaba por su espalda, en ese momento salió en mi un sentimiento que jamás había sentido antes.
--No faith, no puedes enamorarte de el…sabes que nisiquiera ¡lo conoces! decia en mi mente tratando de evitar ese sentimiento y sacarlo por completo, pero ¡no podía! Y lo peor, estaba al frente…lo único que pude hacer es tartamudear un poco para despedirme de el y darme la vuelta y hacer como si nada.
--Bue-buenas noches, Sebas-sebastian…--dije tratando de no tartamudear mucho para que no se diera cuenta—
--Buenas Noches Faith, lamento que me hayas visto asi...no quise, lastimar… tus … ojos—lo dijo mientras se estaba secando el agua de su cabello...y lo dijo en un tono el cual se me erizo la piel, fue tan sensual
Pero decidi como si nada voltearme y cerrar los ojos, y poder olvidar esa espalda la cual me desviaba de mis pensamientos—